Reforma de una vivienda en ático rodeada por una amplia terraza que la envuelve por tres de sus lados, como la linterna de un faro. En su estado original presentaba una distribución compartimentada que impedía una relación fluida del interior con el exterior. El proyecto entonces, se centra en restablecer la conexión con esta singular expansión, que trabaja como pulmón de la casa. La premisa es diseñar una vivienda para un diseñador gráfico, con un programa que incluye una zona de trabajo.
El espacio interior se estructura con la inserción de un cuerpo central cerrado que nos permite liberar todo el perímetro de fachada en contacto con la terraza. A partir de aquí, se definen las dos áreas de la vivienda, una más pública y otra más íntima donde se agrupan los dormitorios y un despacho. Este volumen central, que soporta las funciones húmedas, en un momento se horada generando un "túnel de comunicación" entre las dos zonas de la vivienda. Esta transición sufre también un cambio de textura que acentúa el contraste, aparece la madera. Atravesarlo implica un cambio de intensidad en las actividades que se desarrollan en sus extremos.
La envolvente exterior se abre en determinados puntos estratégicos permitiendo al visitante, como si fuera el lente de una cámara, poder obtener vistas enmarcadas del entorno natural que la rodea. Una pérgola de madera remata la terraza sobre una de las testas generando un espacio de sombra en contacto con el dormitorio principal.
Sobre una superficie continua abstracta, en este caso microcemento, se recorta una textura más lúdica que también trepa por la pared. La madera se limita al espacio de transición. El equipamiento se resuelve con texturas metálicas.