Adecuación de un local comercial para poner en funcionamiento una peluquería. La intervención dispone de muy poco tiempo para su ejecución, esto exige que la construcción esté minuciosamente estudiada para ser eficiente en términos temporales y presupuestarios.
El local, de planta cuadrada, se organiza en diferentes zonas longitudinales delimitadas a partir de la materialidad, que sin marcar sus fronteras se funden interactuando en un mismo espacio.
La zona central es donde se recibe y se espera, actuando como distribuidor principal. A ambos lados se organizan las zonas de trabajo: el espacio de corte a un lado y el espacio de lavado junto con los servicios agrupados al otro. Ambos sectores, en los que el cliente pasa sentado más tiempo, se presentan enmarcados con un revestimiento de madera que los envuelve, ofreciéndole una atmósfera de cercanía y calidez.
Sobre un pavimento continuo de resina se recortan dos embocaduras, que muestran una textura interior de listones de pino natural. El equipamiento se resuelve con chapa metálica.