Se opta por configurar un nuevo paisaje interior que dé unidad al conjunto y marque un claro contraste con lo existente. Además de dar respuesta a las necesidades concretas del encargo, la propuesta busca enriquecer la experiencia del uso diario de este espacio otorgando funciones extra o inesperadas.
Mediante un revestimiento perimetral, las paredes van transformándose para ofrecer diferentes funciones adaptadas a la secuencia de movimientos que realizan sus habitantes a través del espacio en diferentes momentos: acceder a la vivienda, iluminarla, ir dejando cosas, atravesarlo, recibir invitados, etc.…
De esta manera, a lo largo de su perímetro vamos encontrando funciones de apoyo y guardado, colgadores, paragüero, gatera para el robot de limpieza, lámparas de luz cenital, huecos para guardado ocasional, nuevas embocaduras para puertas existentes o la aparición de un espejo que busca dar profundidad a este pequeño espacio, aportando sensación de continuidad y amplitud en las dimensiones espaciales existentes, este cambio de textura en la pared también permite interactuar con la superficie espejada.
Se trabaja también la Iluminación, como recurso capaz de aportar diferentes atmósferas: un primer nivel de iluminación incorporada al armario permite una luz cenital e indirecta y un segundo nivel, que resuelve la iluminación general del vestíbulo.